Cantabria se ubica en el norte de la península ibérica, a orillas del  mar Cantábrico. Sus fronteras son, al oeste, el Principado de Asturias, al este el País vasco, y al sur Castilla y León. 

En el extremo occidental del país, al abrigo de los elevados Picos de Europa, se encuentra la aislada comarca de Liébana, regada por el río Deva y separada del resto de Cantabria por el elevado cordal de Peña Sagra.

Cillorigo de LIébana, enmarcado dentro de la comarca de Liébana, encierra hermosos valles, ríos torrenciales de aguas claras e imponenetes montañas que hacen, de Cillorigo de Liébana, un espacio geográfico difícil de igualar, que no deja de cautivar a quienes lo visitan.

Goza de una variedad climática sorprendente, donde un microclima claramente mediterráneo, se alterna con los rigores de metereología alpina, en sus zonas más elevadas.

Un valle donde la combinación de los usos tradicionales con marcado carácter sostenible, junto con una acertada gestión de los recursos y, el disfrute de todo ello, es perfectamente viable, tanto para el lugareño, como para el visitante. 

Algunos de los productos más típicos de la gastronomía tradicional son proporcionados por la agricultura y la ganadería de la zona, y así son reconocidos por su calidad los quesos (D. O. Picos Bejes-Tresviso D. O. Quesucos de Liébana) y orujos, bien complementados por el té de puerto, la fruta y la carne de pastos de montaña. 

La proximidad al Parque Nacional de los Picos de Europa y las labores tradicionales del hombre han creado en este lugar ricos y variados ambientes naturales, donde bosques y cultivos ancestrales se conjugan en perfecta armonía.